Maravillosa fábula sobre la soledad, la vejez y la identidad personal. Una reflexión vital disfrazada de comedia, en el marco del papel que las nuevas tecnologías cumplen en nuestras vidas. Tierna, humana, sencilla y brillante.
Título Original: Robot & Frank
Director: Jake Schreier
Guión: Christopher D. Ford
Estreno en España: 24 de mayo de 2013
Duración: 90 minutos
Intérpretes: Frank Langella, Liv Tyler, James Marsden, Susan Sarandon.
¿Qué es lo que nos hace humanos? La ciencia ficción se ha encargado de plantearnos esta pregunta en numerosas ocasiones, y en muchas de ellas ha utilizado la robótica como espejo en el que mirarnos. Películas como Blade Runner, El Hombre Bicentenario o Inteligencia Artificial ahondaban en esta cuestión desde sus propios enfoques.
¿Es nuestra memoria la que define nuestra identidad? Los recuerdos implantados en Rachel y Deckard les hacían creerse humanos. El devastador Alzheimer supone una degenerativa y temible muerte en vida. Precisamente a esta enfermedad debe enfrentarse Frank (Frank Langella, El Desafío: Frost contra Nixon, The Box), un anciano ladrón de joyas retirado que vive perdido y desorientado en su propia casa y que sólo despertará de nuevo a la vida gracias a su peculiar relación con un inesperado compañero: un moderno robot doméstico.
Se lanzan a partir de ahí varias líneas de reflexión, pero sin caer en la pretensión filosófica. Muy al contrario, se nos presentarán accesorias, dejando que sea el espectador el que se sumerja en ellas si quiere, acertadamente amenizadas con un fino y certero sentido del humor. El papel de las nuevas tecnologías en nuestras vidas se aborda sin necesidad de una humanización artificial del robot en cuestión, el cual no deja de ser un objeto que tan sólo reflejará la humanidad que el personaje principal, o nosotros mismos, llevemos dentro.
El progreso traerá consigo la transformación de nuestro entorno, y en la película esto se nos muestra sin prejuicios a favor o en contra. La desaparición de los libros de una biblioteca, sustituidos por dispositivos electrónicos, no significa que no que no podamos valorar la indudable belleza de una antigua edición ilustrada de El Quijote. Pero tampoco implica que no sepamos reconocer la evidente utilidad práctica de estos avances.
Todas estas cuestiones sirven únicamente como sólido trasfondo para el desarrollo de una historia humana, sencilla y cercana en la que el debutante Jake Schreier, con elegante tacto, nos enfrenta a temas tan incómodos como la soledad, la vejez o el Alzheimer, pero desde un enfoque divertido y desprovisto de artificio, lo cual permite que nos sumerjamos en la historia y nos identifiquemos con los personajes desde el principio hasta el final, a lo que contribuye el espléndido trabajo de todo el elenco. Un final, por cierto, coherente con la historia y honesto con el espectador.
La película ha tardado en ver la luz en nuestro país. Triunfó en enero de 2012 en el festival de Sundance, obtuvo el premio especial del público en Sitges y estuvo nominada a mejor guión en los Independent Spirit Awards. Durante el verano pasado se estrenó en los cines estadounidenses y casi un año después llega por fin a nuestras pantallas, cuando en los USA ya se encuentra disponible incluso en el mercado doméstico.
Añadiremos como curiosidad que bajo la blanca carcasa del robot se esconde el pequeño cuerpo de la actriz Rachael Ma, y su voz es interpretada por Peter Sarsgaard (An Education). El diseño del androide está más que inspirado en el famoso Asimo de Honda, lo cual nos advierte de lo próximo que es el futuro que se nos plantea.
Una película en definitiva que hace de la sencillez su mayor virtud y de la ciencia ficción un vehículo para conducirnos a través de la ternura y la autenticidad de este original relato. Una pequeña joya que a buen seguro os robará el corazón.
¿Qué es lo que nos hace humanos? La ciencia ficción se ha encargado de plantearnos esta pregunta en numerosas ocasiones, y en muchas de ellas ha utilizado la robótica como espejo en el que mirarnos. Películas como Blade Runner, El Hombre Bicentenario o Inteligencia Artificial ahondaban en esta cuestión desde sus propios enfoques.
¿Es nuestra memoria la que define nuestra identidad? Los recuerdos implantados en Rachel y Deckard les hacían creerse humanos. El devastador Alzheimer supone una degenerativa y temible muerte en vida. Precisamente a esta enfermedad debe enfrentarse Frank (Frank Langella, El Desafío: Frost contra Nixon, The Box), un anciano ladrón de joyas retirado que vive perdido y desorientado en su propia casa y que sólo despertará de nuevo a la vida gracias a su peculiar relación con un inesperado compañero: un moderno robot doméstico.
Se lanzan a partir de ahí varias líneas de reflexión, pero sin caer en la pretensión filosófica. Muy al contrario, se nos presentarán accesorias, dejando que sea el espectador el que se sumerja en ellas si quiere, acertadamente amenizadas con un fino y certero sentido del humor. El papel de las nuevas tecnologías en nuestras vidas se aborda sin necesidad de una humanización artificial del robot en cuestión, el cual no deja de ser un objeto que tan sólo reflejará la humanidad que el personaje principal, o nosotros mismos, llevemos dentro.
El progreso traerá consigo la transformación de nuestro entorno, y en la película esto se nos muestra sin prejuicios a favor o en contra. La desaparición de los libros de una biblioteca, sustituidos por dispositivos electrónicos, no significa que no que no podamos valorar la indudable belleza de una antigua edición ilustrada de El Quijote. Pero tampoco implica que no sepamos reconocer la evidente utilidad práctica de estos avances.
Todas estas cuestiones sirven únicamente como sólido trasfondo para el desarrollo de una historia humana, sencilla y cercana en la que el debutante Jake Schreier, con elegante tacto, nos enfrenta a temas tan incómodos como la soledad, la vejez o el Alzheimer, pero desde un enfoque divertido y desprovisto de artificio, lo cual permite que nos sumerjamos en la historia y nos identifiquemos con los personajes desde el principio hasta el final, a lo que contribuye el espléndido trabajo de todo el elenco. Un final, por cierto, coherente con la historia y honesto con el espectador.
La película ha tardado en ver la luz en nuestro país. Triunfó en enero de 2012 en el festival de Sundance, obtuvo el premio especial del público en Sitges y estuvo nominada a mejor guión en los Independent Spirit Awards. Durante el verano pasado se estrenó en los cines estadounidenses y casi un año después llega por fin a nuestras pantallas, cuando en los USA ya se encuentra disponible incluso en el mercado doméstico.
Añadiremos como curiosidad que bajo la blanca carcasa del robot se esconde el pequeño cuerpo de la actriz Rachael Ma, y su voz es interpretada por Peter Sarsgaard (An Education). El diseño del androide está más que inspirado en el famoso Asimo de Honda, lo cual nos advierte de lo próximo que es el futuro que se nos plantea.
Una película en definitiva que hace de la sencillez su mayor virtud y de la ciencia ficción un vehículo para conducirnos a través de la ternura y la autenticidad de este original relato. Una pequeña joya que a buen seguro os robará el corazón.
Totalmente de acuerdo con tu último párrafo, esta cinta es sencilla pero no simple son de esas películas que son pequeñas pero con una gran historia. Tuve la oportunidad de verla a través de hbogo y son cintas que vale la pena ver y te dejan un mensaje muy bello.
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