martes, 12 de noviembre de 2013

El Juego de Ender

Atropellado y superficial acercamiento a una de las mejores novelas de la ciencia ficción contemporánea. Lamentablemente, sólo servirá para ejemplificar las limitaciones en las que puede perderse una adaptación cinematográfica sin demasiada personalidad.


Director: Gavin Hood
Guión: Gavin Hood, sobre la novela homónima de Orson Scott Card
Estreno en España: 8 de noviembre de 2013
Duración: 114 minutos
Intérpretes: Asa Butterfield, Harrison Ford, Ben Kingsley, Viola Davis, Abigail Breslin, Hailee Steinfeld.

Cuando hace ya bastantes años (casi dos décadas echando cálculos) terminé de devorar la magnífica novela de Orson Scott Card, recuerdo muy bien que pensé que sería realmente difícil reflejar en una hipotética adaptación a la gran pantalla las complejidades morales y filosóficas que se entretejían entre las páginas de El Juego de Ender. El tiempo parece haberme dado la razón, y eso que por aquel entonces no podía yo imaginarme la alarmante falta de personaliad en la que estaría sumido el cine de ciencia ficción a estas alturas.

Como si esa dificultad hubiese sido asumida como insalvable de antemano, se eligió para el proyecto un director de todo a cien. De esos que valen igual para un roto que para un descosío, y que ni destacan ni ensucian demasiado. De los que no dejarán ni el alma ni el talento plasmados en su obra y se limitan a realizar películas como quien cose dobladillos. Total, con una buena campaña publicitaria, un par de secundarios de renombre (Harrison Ford y Ben Kingsley pasaban por allí) y un producto correcto, se obtiene lo que se busca: rentabilidad.

Así lo hizo Gavin Hood en su anterior película, X-Men Orígenes: Lobezno, y así queda patente en la que nos ocupa. Es una lástima de desperdicio, porque el material original daba para muchísimo más. Quizás en otra época, en la que la dirección de autor nos ofrecía obras de altísimo nivel que, por cierto, por si alguien me está escuchando, eran igual de rentables o más. Pero ahora no interesa. No vale la pena el riesgo.


Lo que más podría sorprender es que el nombre del propio autor del libreto original figure en los títulos de crédito, implicado en la poducción y en el guión. Claro que, viendo la cantidad de secuelas lierarias que ha generado, incluidas novelas que son la misma historia pero contada desde el punto de vista de otros personajes, lo de la rentabilidad tampoco le parecerá del todo mal al bueno de Card.

Estamos, en definitiva, ante una película que sobrevuela sin esmero sobre los principales mimbres argumentales, atropellándose tanto en la sucesión de acontecimientos como en el desarrollo de los personajes y de las relaciones entre ellos. No se profundiza demasiado en nada, como si no hubiera tiempo ni tampoco ganas. Una vez más, nos vemos limitados a contemplar un mero entretenimiento palomitero, efímero y olvidable.

 

Y como tal, es perfectamente respetable e incluso disfrutable. La factura visual, como era de esperar, es excelente, y el chaval protagonista se hace bien con los mandos de un personaje complejo. Encontramos además algunas caras conocidas que logran que el espectador se sienta en territorio conocido, como Viola Davis (Criadas y Señoras), Abigail Breslin (Pequeña Miss Sunshine) o Hailee Steinfeld (Valor de Ley), aparte de los mencionados Kingsley y Ford.

El desenlace parece augurar secuela. La voz de los muertos, notable continuación literaria de El Juego de Ender, se me antoja mucho más complicada aún de adaptar a la gran pantalla. Pero si los datos de taquilla son buenos, a buen seguro que no tendremos que esperar demasiado.

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