martes, 10 de diciembre de 2013

Los últimos días

Soplo de aire fresco para un cine español que demuestra que no sólo sabe anclarse en el pasado, sino también mirar hacia el futuro. La ciencia ficción española también existe.



Dirección y guión: Álex y David Pastor
Estreno en España: 27 de marzo de 2013
Duración: 100 minutos
Intérpretes: Quim Gutiérrez, José Coronado, Marta Etrura, Leticia Dolera.

Cuando me preguntan eso de "¿te gusta el cine español?" se me encogen los hombros. No es una cuestión de nacionalidad. Tampoco me interesan las comedias románticas estadounidenses, ni el cine dogma danés. No se puede clasificar el cine por países. No se debe.

Mi problema es que el género de ciencia ficción está muy poco explotado en España. Los Cronocrímenes (2007) de Vigalondo es casi el único ejemplo que se me viene a la mente si me paro a pensarlo. Y me diréis, no no, ahí están Acción Mutante o Abre los ojos... Pido perdón.

Por eso, cuando me encuentro con una película de las que me gustan, de las que me interesan, de las que me entretienen, y que además me lleva sola y me deja tan buen sabor de boca cuando termina, poco me importa dónde se hizo. Lo que me importa es que he disfrutado viendo cine.

Álex y David Pastor, los Wachowski españoles (pero sin cambio de sexo, que yo sepa por el momento), son hermanos, treintañeros, barceloneses y los responsables de escribir y dirigir este inquietante relato que me ha evocado fuentes tan dispares como el Ensayo sobre la ceguera de Saramago o La Carretera de Cormac McCarthy. 

Como tantos otros, comenzaron en el mundo del cortometraje, hasta que un día consiguieron lo que esos tantos otros ansían pero muy pocos logran: escribir y dirigir su primer largometraje. Y lo hicieron en Estados Unidos, en inglés, producidos por Paramount y con reparto internacional. Infectados (Carriers, 2009) fue su ópera prima, y en ella ya dejaban patentes muchas de las virtudes que nuevamente sacan a relucir en esta su segunda película.


Los últimos días explota esa interesante premisa de "qué pasaría si...?" En este caso, una epidemia de agorafobia enclaustra a todo el mundo bajo techo y bajo un pánico irracional a salir a espacio abierto. El arranque del film engancha irremisiblemente, mediante la utilización de efectivos flashbacks que nos explican por qué hemos llegado a una situación tan poco convencional, y que dividen la narración en dos líneas paralelas que finalmente terminan por encontrarse.

Cuando lo hacen, ya estamos completamente sumergidos en una trepidante búsqueda de esos pequeños fragmentos que aún nos definen como humanos cuando el caos explota. Escenas como la del robo del GPS o la del asalto al supermercado sólo son posibles en películas apocalípticas que nos plantean esta reflexión. ¿Cuanto tardaríamos en dejar de ser civilizados? ¿Cuánto tiempo conservaríamos la humanidad, o la cordura?


La película camina por ese alambre, sabiendo administrar la tensión y manejar el ritmo de la mano de su pareja protagonista, dos individuos que pertenecen a mundos opuestos pero que se encuentran y se apoyan en medio de la desesperación. Quim Gutiérrez (Primos) cumple, aunque sospechamos que podía haber sacado algo más de su personaje. José Coronado sigue en racha, y tras No habrá paz para los malvados y El Cuerpo, encadena un nuevo papel de los que parecen escritos para él.

El desenlace, aunque inverosímil (y no leas esto si no la has visto, perdón por el spoiler, pero no consigo imaginarme de dónde sacaron la comida y el agua durante todos esos años) es valiente y se agradece. Lo fácil hubiera sido una milagrosa vuelta a la normalidad. En vez de eso, se nos abre un nuevo comienzo lleno de esperanza. La misma esperanza que de cara al futuro nos brindan estos dos magníficos realizadores españoles. ¡Seguid así!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué te ha parecido? ¡Deja tu comentario!