sábado, 16 de febrero de 2013

1912 - Dr. Jekyll y Mr. Hyde


La dualidad del alma humana, el bien frente al mal, el lado oscuro contra el lado luminoso... la eterna cuestión filosófica y moral llevada a la ficción de la mano de la ciencia.




En 1886, un Robert Louis Stevenson que había alcanzado la fama tan sólo tres años antes con La Isla del Tesoro, publicaba El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. En esta obra se nos narra la investigación de un notario londinense en torno a la figura de un tal Edward Hyde, el cual aparece vinculado a varios hechos violentos y que parece guardar una extraña relación con su cliente y amigo, el reputado doctor Henry Jekyll. Finalmente se nos descubre la terrible verdad: el Dr. Jekyll ha inventado una poción que consigue separar las dos naturalezas del ser humano, la bondadosa y la malvada, en dos identidades diferentes. Probada la poción consigo mismo, creó a Mr. Hyde, autor de los más terribles actos y quien, poco a poco, se va haciendo con el control hasta conseguir dominarlo por completo.

La novela fue todo un éxito, y tan sólo un año después tuvo lugar su primera adaptación teatral, de la mano de Thomas Russell Sullivan, quien introduce en la trama un componente romántico del que se harían eco muchas de las adaptaciones posteriores, aunque en la novela no aparezca. 

Producciones Thanhouser

En 1909, Edwin Thanhouser, que había amasado una considerable fortuna dirigiendo la Academia de Teatro Musical de Milwaukee, decidió entrar en el mundo del cine. Hollywood aún no existía como tal, y la industria aún estaba centralizada en la costa este de EE.UU. Fue allí donde Thanhouser encontró un local adecuado para establecer su estudio cinematográfico, en la localidad de New Rochelle, al norte de Nueva York.

En 1912 decidieron adaptar la novela de Stevenson, pero utilizando las aportaciones que Sullivan incorporó en su versión teatral. La dirección corrió a cargo de Lucius J. Henderson, prolífico director del cine mudo de la época, y el papel protagonista recayó sobre James Cruze, actor habitual en las producciones de la compañía Thanhouser.


Adaptación cinematográfica

Hemos encontrado una versión del film con bastante calidad visual, y de once minutos de duración. Aquí la tenéis:



El primer fotograma de la película nos muestra un libro en el que puede leerse "Ciertas drogas pueden separar al hombre en dos partes: una malvada y la otra benévola". Tras discutirlo con un colega, el Dr. Jekyll decide llevarlo a la práctica en secreto. Prepara la poción y se la bebe, e inmediatamente tiene lugar la transformación, efectuada con el efecto visual ya conocido de la sustitución. El monstruo se observa en el espejo para después tomar el antídoto que le devuelve a la normalidad.

En el siguiente acto asistimos al compromiso del Dr. Jekyll con la hija del sacerdote, introduciendo así el elemento romántico ausente en la novela pero presente en la obra teatral. Seguidamente se nos muestra una incursión en la ciudad en la que Mr. Hyde arrolla a una niña a su paso, escena que nos evoca lo narrado en el primer capítulo de la obra de Stevenson. 



El abuso la droga provoca que la transformación en el monstruo se produzca de forma involuntaria, y en una de esas transformaciones espontáneas, Mr. Hyde ataca a la novia del doctor. En el forcejeo, el padre de la dama fallece a manos del monstruo. Jekyll se da cuenta de que no puede controlarlo y finalmente se quita la vida.

La dualidad del alma humana, el bien frente al mal, el lado oscuro contra el lado luminoso... la eterna cuestión filosófica y moral llevada a la ficción de la mano de la ciencia. En este caso Mr. Hyde se nos muestra como un monstruo muy cercano a Frankenstein, con el que guarda muchas semejanzas. Es la bestia incontrolada a la que temer, pero también el reflejo de la maldad que reside en lo más profundo de su creador.

Se ha defendido también que tanto la historia como la presente adaptación es una metáfora sobre la adicción a las drogas, y cómo estas pueden llegar a transformar y deformar a las personas y a destruir todo aquello que les rodea. Asistimos, de hecho, a las fases de la primera toma de contacto, la adicción supuestamente controlada, los primeros efectos descontrolados y finalmente la destrucción de su entorno y de sí mismo.

El lenguaje cinematográfico está aquí más desarrollado, y la interpretación de Cruze y del resto del elenco es muy correcta, alejada de aspavientos desmesurados y ajustada a la historia. El cine comienza a coger entidad, y la industria se prepara para emigrar a la costa oeste de Estados Unidos, a un distrito de la ciudad de Los Ángeles llamado Hollywood...

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